
La actividad tenía un fin curricular, pero también buscaba que los alumnos reconocieran y valoraran tradiciones propias de su cultura e identidad, así explica María Díaz de Arcaya, profesora de música, que coordinó la experiencia y acompañó con su guitarra la procesión: “Dentro del Programa de Estudios de quinto básico revisamos las fiestas tradicionales de Chile y particularmente de Ñuble. Entre las más importantes en nuestra zona y que hoy ha ido desapareciendo, es la conocida fiesta de la cruz de mayo. De hecho, para nuestra sorpresa, los niños no estaban al tanto de ella”, expresó.

El lunes 14 de mayo se efectuó el cierre de la experiencia pedagógica en la capilla del Colegio, con la compañía del Padre Héctor Aranda, quien bendijo los alimentos recolectados que luego fueron entregados a la pastoral, para distribuirlos entre quienes más lo necesiten.
Para la profesora María Díaz de Arcaya fue una experiencia muy motivante, “primero porque los estudiantes hicieron una autoevaluación de la actividad, les gustó mucho la recreación y fueron capaces de valorar una tradición ancestral, ya que solo tenían como referente Halloween, que no es en absoluto una festividad solidaria. Segundo, porque los padres y apoderados se comprometieron, enviando donaciones para que sus hijos pudieran ser parte de la Cruz de Mayo. Y tercero porque se cumplió el objetivo pedagógico de manera transversal”, puntualizó Díaz de Arcaya.



